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¿Tienen relación el asma y la humedad? Lo cierto es que sí. Las zonas con una elevada condensación y, por supuesto, la presencia de filtraciones en el hogar, pueden empeorar considerablemente los síntomas y ocasionar ataques.
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El asma es una enfermedad de los pulmones que se produce cuando las vías respiratorias de dichos órganos se inflaman, reduciendo el espacio disponible para que pase el aire. De este modo, el/la afectado/a siente dificultades para respirar, así como otros síntomas como sensación de presión en el pecho, silbidos en las inhalaciones, ataques de tos o irregularidad en el ritmo respiratorio.
Algunas personas tienen una predisposición genética a desarrollar la patología, al tener antepasados/as con problemas similares o con alergias. Pero el ambiente en el que se reside también juega un papel fundamental y, de hecho, puede ser uno de los principales desencadenantes.
La humedad de la vivienda es un desencadenante común de los problemas de asma
El asma y la humedad forman, en muchas ocasiones, un tándem perfecto, lo que incluye tanto el clima de la zona geográfica en la que se esté como las condiciones de la casa en la que se vive. Si tienes dudas sobre si esta última es la causante de tu dolencia, dispositivos como el detector de humedad te permitirán descubrir la presencia de agua en el aire o en determinadas superficies, lo que te dará una buena pista para saber si sufres de humedad por condensación, por filtración o por capilaridad.
Según la University of Utah Health, la presencia de agua en el aire está estrechamente relacionada con los problemas respiratorios. Una de las consecuencias de las humedades por condensación, por ejemplo, es que la densidad del aire aumenta, lo que hace que respirarlo suponga un mayor esfuerzo para los pulmones.
Los espacios húmedos también favorecen la acumulación de suciedad en el ambiente y estimulan los nervios respiratorios, generando crisis de tos. Además, aumenta los ataques provocados por alergias, ya que favorece la proliferación de ácaros y moho, y puede dar lugar al crecimiento de hongos por humedad en la madera o sobre la pintura.
No hay una sintomatología específica que permita saber si el asma es por humedad o si se debe a otros factores. Sin embargo, numerosos estudios han hallado un vínculo entre asmáticos/as y ambientes húmedos, así que es un desencadenante altamente probable.
Para comprobar si, en tu caso, asma y humedad van de la mano, te recomendamos que comiences un registro sobre los momentos en los que empeoran tus síntomas y el lugar donde te encuentras. Observa si mejora con métodos sencillos, como ventilar una habitación en la que estés o colocar absorbentes de humedad, y estudia los datos en busca de patrones.
La humedad puede provocar asma, pero también otro tipo de patologías como alergias, infecciones o dermatitis
Evidentemente, también debes estar atento/a a los signos visibles, como las manchas y el agrietamiento de las paredes. Sean o no los responsables de tus problemas respiratorios, será importante que le pongas remedio a la humedad si la detectas, ya que puede provocar múltiples patologías.
Si tienes asma y la humedad se ha convertido en un problema, hay una serie de cosas que están en tu mano para aliviar sus efectos:
Recuerda, eso sí, que todas estas son soluciones temporales: ante la presencia de agua en el hogar, debes acudir a un equipo especialista que identifique la causa y le ponga remedio.
En Sanysec hallaremos rápidamente el origen de las humedades y diseñaremos un tratamiento personalizado para mantener tu espacio seco y confortable. Trabajaremos con agilidad para que tu casa esté a punto lo antes posible y te ofreceremos hasta 30 años de garantía. ¡Descubre nuestro método!
Como ves, muchos de los consejos que hemos dado tienen que ver con la limpieza y la prevención del polvo. ¿Por qué? Pues porque es donde viven los ácaros de la humedad, y el asma se ve muy perjudicada por ellos.
Hablamos de unos insectos imperceptibles para el ojo humano, que se alimentan de la piel muerta de la que se desprende nuestro cuerpo. Cuando la humedad sobrepasa el 50%, su crecimiento aumenta, produciendo tos, estornudos, congestiones o picor ocular en las personas sensibles a estos microorganismos.
En la vida hay pocas cosas que tengan respuestas absolutas, y esta es una de ellas. Y es que tanto los humidificadores como los deshumidificadores se aconsejan o no en función de la situación de la que se esté hablando.
Por ejemplo, si el lugar en el que se vive tiene un ambiente muy seco, el humidificador será útil para “lubricar” el sistema respiratorio y evitar que se reseque. En consecuencia, es probable que los ataques de tos e incluso la mucosidad se vean reducidos.
Por el contrario, si el espacio es de por sí húmedo o se está en un área geográfica con bastante humedad, el asma mejorará con un deshumidificador. ¿Y cómo funcionan? Pues reducen el vapor de agua presente en el aire y frenan los alérgenos, aunque no podrán hacer nada contra problemas de gran calado como las filtraciones.
El agua en el ambiente es el origen de muchos problemas de salud. La humedad y el asma, por ejemplo, están muy conectados y pueden llegar a propiciar crisis severas.
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