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Si vives en un ambiente húmedo, es difícil que no hayas visto agua acumulada en tus ventanas o alguna mancha oscura en el techo del cuarto de baño. La principal responsable de ello es la condensación, que es capaz de convertirse en un verdadero problema para tu salud y para la salubridad de tu casa.
La buena noticia es que existen tratamientos antihumedad efectivos contra ella, e incluso medidas que puedes tomar para evitar su aparición. ¿Quieres conocer en qué consiste este fenómeno y cómo sortear sus indeseables consecuencias? ¡Pues sigue leyendo!
La condensación es el fenómeno por el cual el vapor de agua del ambiente pasa a un estado líquido. En la naturaleza, podemos verlo especialmente en las primeras horas de la mañana, cuando las temperaturas nocturnas enfrían el agua que se había evaporado con el sol del día anterior.
Normalmente, aparece en forma de pequeñas gotas sobre la hierba y las flores, aunque también es la responsable de que se originen las nubes e incluso la niebla. Es decir, que se trata de un fenómeno totalmente natural e inocuo. Siempre, claro está que no la encuentres en el interior de tu casa.
Cuando el vapor de agua impacta contra superficies frías, se convierte en líquido y propicia la aparición de moho
En el hogar, la humedad por condensación se produce cuando el vapor de agua del ambiente “choca” con los puntos más fríos de la vivienda, reduciendo su temperatura hasta el llamado punto de rocío. Esta es la mayor temperatura a la que el gas comienza a condensarse, y es común que esté presente en las zonas con más contrastes térmicos, como los techos o las ventanas.
Cuando el agua se acumula, se produce la humedad por condensación, que es la que causa manchas y otros problemas en el hogar. La proliferación de microorganismos y el agravamiento de algunas enfermedades son consecuencias típicas de su presencia.
Seguro que sabes que a los hongos les gustan los entornos húmedos. Pero, ¿cómo llegan a la pared de tu cuarto de baño o las esquinas de ese espacio con problemas de ventilación? Pues por el aire, por supuesto. Aunque no las veas, las esporas se desplazan por el viento, entran en tu hogar cuando abres puertas o ventanas, y se instalan en las zonas que reúnen las condiciones perfectas para reproducirse.
Muchas veces es la condensación la que genera esos entornos ideales, aumentando el nivel de humedad de ciertas zonas de la casa y permitiendo que arraigue el moho. Y es que le sirve casi cualquier tipo de superficie, como el empapelado, las tejas, los tejidos e incluso la pintura.
Una vez que se forma, puede apreciarse en forma de manchas o puntos oscuros, usualmente acompañados de mal olor. ¿Y es posible deshacerse de él? Pues bien, lo cierto es que existen varias formas de quitar el moho por condensación de paredes, techos y esquinas, como las siguientes:
Durante todo este proceso, es necesario que tomes las precauciones necesarias, como la de no tocar el moho mientras lo retiras o la de lavarte las manos minuciosamente cuando acabes. De todos modos, recuerda que las anteriores solo son “parches” que no solucionarán por completo el problema. Si es la condensación lo que produce el moho, u otro tipo de humedad, deberás remediar la causa consultando a especialistas que realicen un diagnóstico adecuado.
Son varios los estudios que confirman los problemas de salud que la condensación es capaz de causar en los/as habitantes de una vivienda. Según la Guía de Calidad del Aire Interior elaborado por la Comunidad de Madrid, las humedades provocan o agravan síntomas como:
En parte se debe a que la presencia excesiva del vapor de agua propicia la concentración de ácaros —de ahí la relación entre humedad y asma—, y hongos, cuyas esporas y micotoxinas se introducen en el organismo al respirar. Esto es especialmente peligroso para los/as menores y para las personas inmunodeficientes.
La prevención de la condensación es lo que mejor funciona para evitar problemas de humedades. Puedes recurrir a aparatos para quitar la humedad por condensación, como los deshumidificadores, o medir la calidad del aire en casa periódicamente para determinar si está lo suficientemente ventilada.
Si el aire exterior es frío y seco, se deben abrir las ventanas y vigilar áreas poco visibles como los conductos de ventilación o las tuberías. Si se produce una inundación, grieta o gotera, es preciso actuar lo más rápido posible y secar la zona antes de que transcurran dos días. También se recomienda abrir la puerta del baño tras ducharse, para que el vapor de agua no se acumule en el cuarto.
Es posible, no obstante, que las anteriores medidas sean insuficientes, ya que el problema de la condensación es que tiene muchas posibles causas. Puede deberse a un mal aislamiento, a una baja calidad de las ventanas o a una deficiencia en el diseño estructural, por lo que te aconsejamos que acudas a los/as profesionales. ¡Ellos/as te darán la mejor solución posible!
Ahora ya sabes qué es la condensación y por qué puede estar detrás de la acumulación de agua que percibes en tu vivienda. También conoces lo perjudicial que puede resultar para tu salud y para el bienestar de tu familia, motivo por el que se recomienda actuar con rapidez contra las humedades.
Estas suelen ser bastante persistentes y resulta complicado deshacerse de ellas sin un asesoramiento especializado. En Sanysec te ofrecemos un diagnóstico gratuito, un remedio eficaz y una garantía de 30 años para que puedas olvidarte de una vez por todas del problema. ¡Consúltanos y saca la humedad de tu casa!
